domingo, 14 de marzo de 2010

Historias de la riada (1)


"Está tan seria porque hemos venido a por su perrita y no la encontramos". La niña era un guiñapo de fango que no levantaba los ojos del suelo de un coche todavía más embarrado. "¿Habéis subido a Sadeco, le habéis preguntado al veterinario que está por aquí...?", pregunté mientras pensaba en que cien metros más abajo el 4x4 había tropezado con el cadáver de un mastín. "Sí, ya hemos preguntado en todos sitios. Se ha perdido", insistía la madre.
Lo intenté y le dije: "Chica, mírame. Hace dos días, cuando subió el río, vi que había un montón de perros abandonados. Como estaban solos, se hicieron amigos y montaron una pandilla. Y como nadie venía a por ellos, se fueron a la sierra, a vivir como sus padres. Seguro que tu perrita se ha ido con ellos, y cuando te eche de menos, bajará"...
Los niños no son tontos y ésta en vez de un beso me tiró un pegote de barro.

2 comentarios:

emereci dijo...

Todo héroe debe aprender que las damiselas en apuros tambien tienen carácter...
Muy buena, estoy deseando leer la segunda :-)
Bicos

Alfonso Alba dijo...

...y que los niños ya no se creen los cuentos de hadas, que la inocencia cada vez se pierde antes y que saben más que los 'ratones coloraos'...

Biquiños!