miércoles, 9 de diciembre de 2009

El síndrome del culo inquieto

No sé si es grave. No sé si es por culpa de una resaca triple, que te deja las defensas emocionales por los suelos. No sé si es el síndrome del culo inquieto, que me persigue desde que nací. No sé qué coño es, pero es algo. Tengo ganas, ideas, iniciativas, movidas en una cabeza que no sé si ha perdido el Norte definitivamente o ha virado hacia el Sur de forma peligrosa. Calamaro cantaba eso de "no sé lo que quiero, pero si sé lo que no quiero", una simplificación del principio socrático.

¿Perdido o encontrado? No sé. La vida va demasiado rápido. Creo que necesito un poco de paz, un par de días en los que sentarme a pensar (¿?). Pisar el balón como Laudrup, mirar los desmarques y fijar la defensa. Dormir el partido y lanzarme al ataque.

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