(Caseta de la Prensa. Suena reggeaton. A. pronuncia la palabra "mierda de música" cada vez que escucha la música y recuerda que en ese momento debería estar en Sevilla viendo a Nacho Vegas y su Lucas 15)
Sms de B.: "El señor Nacho justo a mi lado, drogadísimo!"
A.: (cierra el móvil y se dirige a un amigo) "Illo, dame toda la marihuana que lleves encima"
2 comentarios:
He visto tres veces en directo a Nacho Vegas. Una de ellas, hace cuatro o cinco años, él venía como guitarrista de Thalia Zedek, una señora de voz castigada que formó parte de Come, un grupo acojonante de los años 90. En solitario, en aquel concierto, fue una especie de reverso femenino de Nick Cave. Impresionante, en fin.
Tras el concierto estuve hablando con Nacho Vegas en el bar del Teatro Central. Estuve hablando con él como podría haber estado hablando con la pared, pues él, evidentamente, no estaba allí. Era su época de la heorína, y la verdad es que su rostro amarillento, sus ojeras amoratadas y su mirada perdida era un conjunto con muy poco romanticismo. Divertido tampoco parecía.
Es peligroso, pienso, usar con demasiada frecuencia las máscaras, porque acaban hablando por nosotros.
Un abrazo, ladrón.
PD: Y una aclaración. No creo en las certezas absolutas, salvo que esté hablando de la muerte, gastando una broma o pensando con ironía. Aunque jugar en la Play al "Pro" con un adaptador para cuatro mandos hasta que empiezan a aparecer ojeras "nachoveguianas" podría podría estar muy cerca de una certeza absoluta. En serio.
Respuesta a la aclaración:
Después de nuestra tarde de toros, yo tampoco creo en las certezas absolutas. De hecho, ha comenzado a atraerme esa ruptura. Sólo creo en la vida y en las ojeras de ese adaptador para cuatro mandos de tu Play. Illo, un derby Betis-Sevilla ya, ¿no?
Abrasos ladronzuelo de almas, como la mía...
Publicar un comentario