(...) Viene de una conversación intrascendente. El ruido de la caseta obliga a los interlocutores a hablar a voces.
I: Tío, ¿tú no tenías una novia guapísima?
A: Sí.
I: ¿Y dónde está?
A: Supongo que en su casa...
(A. tiene cara de déjame beber en paz)
I: ¿También estás de luto como L.?
A: Hombre, mi camiseta de Led Zeppelin es negra...
(A. enciende un pitillo, mira al horizonte e intenta saludar a alguien para desaparecer)
I: Tío, pues te voy a buscar una novia...
A: Déjalo. Yo ya paso de enamorarme...
(En vez del silencio, el sonido desagradable de una guitarra española mal tocada inunda la caseta)
4 comentarios:
Oh oh, parece que A. ha evolucionado hacia el malote cínico y dolorido. Yo le recordaría que esto, como todo, es una cuestión de religión, si cree que esto es todo lo que hay, sabe que tiene que disfrutalo. No hay opciones, no hay luto, no hay planes seguros, no hay miedo al fracaso...
A. no tiene miedo al fracaso ni a tirarse por un precipicio. Tiene miedo a la ruptura de las "certezas absolutas" (Kamerovski dixit) que asolan su vida. Un ejemplo: A. jamás pensó que se pudiese sentir atraido por algo que había satirizado hasta el infinito y más allá como los toros.
Además, A. ha alcanzado el nivel 11 de malote cínico y dolorido y prefiere dedicar su escaso tiempo a la gente que merezca la pena, como la arriba escribiente. A. sabe que I. esconde oscuros intereses bajo sus aparentemente inocentes frases...
Un besaco niña!!
Creo que E., digo S., digo la arriba escribiente se ha perdido. Es de letras, pero de las que tienen sentido al juntarlas, no de las que hay que despejar. De todos modos, aprovecho para dejar caer mi mensaje de salvación, cual bomba de racimo (RIP): ¡más carpe diem y menos certezas absolutas!
Bicos mil
dejaros de O.Ya solo quedan 12 dias para estar cerca de L. con el cuchillo entre los dientes.
Publicar un comentario