miércoles, 23 de enero de 2008
La quemadura
Pocas cosas hay más desagradables para el mundo textil que la quemadura de un cigarro. Y pocas son menos agradables para la vista que una quemadura de un cigarro en la funda del asiento delantero de tu coche que encima ha traspasado el material textil en unos tres centímetros. Pero jamás llegué a pensar que cada vez que mirara esa quemadura (que no deja de ser horrible a la vista) se me dibujara una sonrisa por el recuerdo de su autor (que casi comparte nombre con Carla Bruni, que no lecho, ése es de Sarkozy) y de sus tres cómplices, que poblaron mi coche de risas, alcohol y música (a veces alegre, a veces triste, a veces bonita). ¿Repetimos?
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1 comentario:
ahora que disfruto (sí, disfruto) de mis últimas horas en este curro de pacotilla, te seguiré de cerca. literalmente, porque soy miope. me alegro de que mi "hazaña" te inspire y también de que, en secreto, maldigas mi (por otro lado) bella estampa. en cuanto a los "cómplices", si yo fuera uno de esos abogaduchos de john grisham, acabaría demostrando que son tan autores materiales del crimen como yo.. o tú. me lleváis por el mal camino. a mí, tan dado a dejarme llevar. repetimos bien pronto..
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