lunes, 28 de enero de 2008

El saludo rural

Tengo mucho acento. Lo sé. Tengo una ese más líquida que el camarote del capitán del Titanic. También lo sé. Pero me gusta y no lo pienso perder. Pero lo que no sabía es que ese acento podía llegar a cambiar tanto depende de con quien estuviera hablando y, sobre todo, con quien estaba intentando que me entendiera.
Al grano. El cambio de acento se produce desde el principio, antes incluso de conocer la procedencia y/o/u conocer el origen del interlocutor hacia el que se dirigen mis palabras, a veces gruñidos, como balas.
"Muy buenas", "Buenos días/tardes/noches y hasta madrugadas" o el informal "Qué pasa" son las interjecciones con las que saludo a aquellos que no comparten mi lugar de origen en su partida de nacimiento.
Al contrario, la cosa cambia cuando de lejos mis dioptrías adivinan la presencia de un paisano y mis pies se encaminan alegres a saludarlos. Existen varias fórmulas de abordarlo:
-- "Qué jases". Así, con una hache muy muy aspirada y una ese eterna, es la forma de recibir a un amigo cercano, colega, compañero de fiestas y confidencias. Una especie de confidencia para la que no cabe otra respuesta que la evidente y redundante: "Pos ná, aquí estamos".
-- "Mu güenas". En esta ocasión se abusa del vulgarismo a conciencia. El interlocutor/es suele ser una o varias mujeres mayores que están esperando en algún sitio, están barriendo la puerta de su casa o han llegado a tu casa para buscar a tu madre y contarle las increibles incidencias de sus últimos días de vida.
-- "Amos allá". Este saludo se utiliza cuando te cruzas con una persona mayor con la que no quieres conversación, porque cuando lo ves andar desde lejos te estás imaginando un monólogo sin fin que puede variar desde el "pues hoy jase más frío que ayer" al "niño, dile a tu padre que luego me llego a la huerta a por unos plantones porque bla, bla, bla...". La respuesta es siempre la misma: "Amos allá".
-- "Aaaaaaaaaaaaay". Saludo rural por excelencia. Su pronunciación es harto complicada. Se necesita buscar una A en el fondo de la garganta, tanto que suene a jota. Cuando estés apunto de quedarte sin respiración busca ya el sonido de la y griega para dar por finalizado el saludo. Se utiliza entre camaradas que se encuentran digamos azada al hombro o durante una noche de fiestorra. La respuesta es fácil: "Aaaaaaaaaaaaay".
-- "Condiós". Saludo religioso, de abuela principalmente, al que siempre intento contestar con un aséptico "hasta luego".
-- "Salud". Antes de escucharlo en casas okupas, conciertos de Reincidentes y películas de la Guerra Civil lo había oído en mi universo rural. Corresponde al Abuelo de la CNT, que tiene tropecientos años, que asegura que luchó en la guerra del lado republicano, que siempre está al sol en un banco del Paseo de Santa Marina y que alecciona a jóvenes de pelo largo, pendientes, camisetas negras y malas pintas en general sobre los beneficios del anarquismo. Repito. En el mundo rural sólo se lo he escuchado a él.
-- "Iiiillo". Similar al "Aaaaaaaaaay", pero con desgana. Propio de esta juventud ociosa, adormecida e improductiva de la actualidad. La respuesta apenas es perceptible y por tanto reproducible.
-- Vacío de palabras y un leve movimiento de cabeza hacia el cielo. Generalmente se hace desde el coche. Las ventanas están cerradas, llevas la música a toda hostia y aparte no tienes ganas de pararte con el saludado. Propicio para encuentros con familiares de los que quieres huir, sobre todo en un pueblo de 10.000 habitantes en el que cerca de un diez por ciento son tus parientes.

2 comentarios:

navarro dijo...

una gente k konoci en huelva siempre decían pa saludarse.... ke te cuentas tia!!!!!me keaba super pilla siempre...illo ke tal por fitur, espero k te hayas pasado por el stand de mi tierra mita moruna mita española.... un besiko y nos vemos prontorrrr muakakaka

Alfonso Alba dijo...

El que te cuentas es mu cordobés también y la verdad es que no me suena naaaaada de raro.
Ali, he pasado por Ceuta y me he acordado de ti, pero el stand era tan triste que he tardado 10 segundos en pirarme a Argentina donde, tachán tachán, he estado con Maradona. Ahí lo llevas.
Besos desde una sala de prensa de 1.000 centímetros cuadrados en Fitur