lunes, 1 de octubre de 2007

Glosa a un coche


A estas alturas, podría haber dado cinco veces la vuelta al mundo. Estaría a medio camino en un hipotético viaje a la Luna. Podría haber ido 58 veces a Moscú. Haber hecho un viaje de ida y vuelta hasta siete veces a Vladivostok, el último lugar al que me permitiría llegar la carretera sin tener que coger un avión o un barco.
200.000 kilómetros en cuatro años escasos. Miguel Ríos cantaba Vivo en la carretera, y yo, sin tener camión ni , he cogido el testigo.
Todavía no he acabado de pagar el coche, redondo (a base de abolladuras) y de camuflaje (por estar siempre esperando a que llueva para limpiarlo), y ya ha cumplido con creces sus expectativas. El destartalado Seat Ibiza ha recorrido toda la Península (a excepción de Galicia, oh, Galicia) y gran parte de Francia. Ha circulado por caminos como el mejor 4x4. Ha estado a punto de ser desmontado por la Guardia Civil al ser confundido con un coche bomba. Ha subido escalones (sin querer) y se ha quedado encasquetado en un callejón salida de Cabra del que finalmente pudo salir después de 300 maniobras aproximadamente (estuve a punto de llamar a un helicóptero). Ha visto lo mejor y lo peor de mí. Ha sufrido temperaturas de 49 grados centígrados durante la ola de calor de 2003 (este dato no es una exageración andaluza) y de -14 grados centígrados durante la ola de frío de 2005. Ha patinado sobre el hielo y la nieve. Ha subido a la carretera más alta de Europa, al pico Veleta, donde superó los 3.200 metros de altura.
Y, lo que más me duele, ha perdido la ese metálica de Seat. Alguien se la llevó. ¿Ande andará?

3 comentarios:

Caesares8 dijo...

Ponle una "s" fricativa, es más difícil de robar.

emereci dijo...

Pues por su cuarto cumpleaños te lo traes a Galicia. No tienes excusa. Y él lo sabe.
Bicos (por fin) galaicos.

Alfonso Alba dijo...

Es una deuda pendiente con mis amigos de la Andalucía del Norte. El maltrecho Seat Ibiza viajará hacia el Finis Terrae. Prometido.