Carraspeaba. Le daba dos golpecitos secos a esa carrocería roja y soltaba: "Ya no se hacen cosas como las de antes". Entonces pensaba que eran cosas de viejos, que chocheaba. Pero ahora me doy cuenta de que no. Tenía toda la razón.
Era mi tío, siempre detrás de un Fortuna a medio consumir y con su voz ronca del que ha fumado mucho y del que ha bebido mucho vino de Fino Periquito. Yo apenas tenía diez años y el armatoste que respondía con un metálico "blonc, blonc" a los dos golpecitos superaba ya los 30 años.
Hoy ese Ebro 160 de color rojo tiene 44 años y ha levantado más polvareda por la campiña que el Coche Fantástico por los desiertos de Arizona.
Cosas de antaño, costó 180.000 pesetas de la época. Un dineral que hubo que sumar entre siete hortelanos, todos primos hermanos, tíos o sobrinos, con el apellido Ariza. Un apellido mil veces repetido en mi poblado y que cada año me arroja un familiar que no conocía. Hoy, mi padre es el único hortelano que ha sobrevivido junto al tractor, que cada noche duerme bajo la morera que sembró mi abuelo porque, el tiempo pasa por todos, el otro día le estalló el motor de arranque.
Una avería como las muchas que ha superado. A saber: un día, después de estar arando sin parar durante tres meses, volcó de manera imprevista y apunto estuvo de acabar con la vida de mi tío. Otro, sin previo aviso, perdió una rueda en marcha y me recordó a aquel accidente de Kimi Raikkonen que le dio el mundial de F-1 a Fernando Alonso. Mucho antes, un pizco desconocido entró en el depósito de combustible y una explosión por el tubo de escape carbonizó a las gallinas. En la prehistoria, una tuerca de una rueda de atrás --estas ruedas están llenas de agua y pesan 300 kilos-- se escapó y acabó incrustada en una pared cual bala de AK-47.
Y ahí sigue. Cuando era pequeño me imaginaba con la edad que tengo ahora. Me veía como mi padre. Subido en el Ebro, con la camisa abierta, el polvo pegado en el cuello sudoroso y el ruido ensordecedor del tractor acompañando mis pensamientos.
11 comentarios:
Sí señor!!! Ese es mi agropensador! Eso es épica de la campiña y lo demás son tonterías. Un abrazo neng!
En la Andalucía del norte, hace 44 años teníamos tractores adaptados al minufundio, les llamábamos "marela", "mora", "rubia"... Y en lugar del toc-toc que todo lo arregla, a estas había que darles un varazo y decirles su nombre acompañado de un BE. Marela beee!!!
Algún día intentaré poner fotos del agro gallego, pero la parte que me interesa a mi, esas señoras de 300 años que todavía trabajan en la huerta ataviadas con su gorra de "piensos sanders" combinada con una camiseta de los Angeles Lakers...
Agropensator for president.
Gracias amigo casares. Por cierto, en Málaga hay un pueblo que se llama como tu apellido y que curiosamente ha sido el primero de Andalucía en el que se ha detectado un foco de 'lengua azul'. Cosas de la vida.
Ilustrativa tu imagen de las tatarabuelas galegas, que algún día me gustaría conocer.
Por cierto, yo también he sido niño yuntero, como Miguel Hernández, y he guiado a la mula por una pequeña zona de huerto de mi padre para cavar una reguera. Y sí, también me he llevado pisotones y coces leves en las piernas.
Gran post y gran comentario, Caesares. Me escarallo con el BE... Marela Beeeeeee. Cierto, cierto. De dónde vendrá? En fin, en mi familia además de marelas rubias y roxas también hubo un Ebro, en este caso azul, en el que aprendió a conducir todo quisqui. Todos menos yo, que siempre preferí ir en el remolque, de pie, y aprovechar el ruído para cantar improvisadas letras de mi autoría...
Sé lo del pueblo de Málaga, es más, es del origen del nombre de ese pueblo de dónde saqué el caesares. El 8 simplemente me gusta.
Este posible origen andaluz explicaría algunas cosas:
- mi bisabuelo casares, en lugar de abrigo, utilizaba el capote que le había regalado un primo suyo torero (gallego!)
Lástima que no tengo más datos sobre ese familiar de mi bisabuelo, ni sobre mi bisabuelo: dicen que era un poco cafre (eso explicaría muchas más cosas).
Yo fui este fin de semana uno de los pocos afortunados que ha podido sentirse como un gay de esquina al no poder bajar el embrague del mágico tractor ni a dos pies.
Doy fe. Tengo la imagen del Borch subido al tractor. Su cara de esfuerzo después de haberse bebido el Guadalquivir en una noche y de haber dormido media hora en el coche. Empujaba el embrague y apenas podía moverlo medio centímetro. La conducción de una máquina de este calibre está reservada para los tipos duros.
Casares, lo del cafrerío y tu origen andaluz es algo que sí, explica muchas cosas.
Emereci, me parto con la frase "me escarallo". Nunca había leído brutalidad semejante.
Abrasos a todos
Me escarallo es me descojono.
Podemos conjugar carallo hasta el infinito, salvando las distancias viene a ser el "fuck" inglés. Es verbo, es nombre, es adjetivo, es bueno, es malo... lo curioso es que la versión femenina del carallo es "cona" y eso suena muy bruto! como son estos machistas del carallo.
Por ejemplo, se te escaralla (estropea) el coche y tú te escarallas (te partes el culo).
Si algún día tengo ganas (y sé hacerlo), recortaré una escena de la serie The Wire (que recomiendo encarecidamente) en la que con una serie infinita de "fucks", dos policías mantienen una conversación completamente comprensible.
A mi, de ahí, me mola lo de "pisha" y "shosho" sin que nadie se moleste, vamos, que cuando lo escucho me escarallo.
Bueno, el pisha y el shosho es de Cádiz casi exclusivamente. En Córdoba se estila más el "cipote", sipote para los seseantes. Reconozco que verlo escrito me produce hasta escalofríos, pero escucharlo por la calle es lo más común. Al igual que carallo, se conjuga con todo. "Estás asipotao", sinónimo de estar tonto. Y un largo etcétera.
En Granada, y su mala follá, es más habitual el uso de la "polla". A saber, "cucha el nene con la polla" significa como diría Serrat "niño deja de dar por culo".
Andaluces del Norte, bajar a este pequeño rincón de la piel de toro un día de estos y comprobaréis cuán rico es nuestro vocabulario
jajajaja, Caesares, sabes que aquí voy a clase con un tal Sergio Cona? Cada vez oigo lo de "señor Cona" me escarallo, jeje.
Pues yo voy a poner en practica la gramática aprendida en los comentarios anteriores: resulta que el otro día se escaralló la locomotora donde iba porque atropelló a un animal que iba asipotao y acabé hasta la polla de tanto tren. Y cuando llegué a madrid mandé al sipote a los de renfe porque los animales asipotaos que escarallan locomotoras no los cubre el seguro.
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