Atónito me hallaba. No daba crédito a lo que escuchaba en la radio. "Y este fin de semana, en el Arenal, la Liga de Fútbol Profesional instalará un road show que contará con chutódromo y todo".
Ya me estaba imaginando a todos los yonkies de Córdoba con sus jeringuillas alzadas camino del Arenal, a los coqueros preparando sus fiestas rave, a los pastilleros preparando el concierto de Prodigy --sí, los de la música chunda chunda nos visitan el 21 de septiembre-- y a los marihuaneros buscando sus rinconcitos. Me imaginaba también a los de Proyecto Hombre clamando en mitad del desierto. "No os droguéis, no os droguéis", ante una masa enfurecida de mandíbulas desencajadas, insensibles a cualquier dolor y con ansias de evadirse de sus problemas (¿?) cotidianos. "Oh, el Euríbor ha vuelto a subir una décima más. Ya no llego a fin de mes pero puedo gastarme 100 euros en un fin de semana, sin anestesia ni ná".
Pero pensé. ¿Chutódromo? ¡Ah! Es por los chutes, pero a los balones. Alguno más se confundirá.
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