No queda sino batirse

Hace dos sábados murieron 64 ovejas en una finca del corazón de la sierra de Hornachuelos. El ganadero aseguraba que habían sido los lobos. Los veterinarios firmaron un informe diciendo que habían sido lobos. El Seprona de la Guardia Civil había remitido un parte alertando de que una jauría de lobos campaba a sus anchas comiéndose ovejas. Varios grupos de cazadores habían visto incluso a los lobos. Peeeeeero. La inutilidad de los funcionarios de la Junta expresada en sus técnicos de Medio Ambiente me había dejado un agujero abierto. Como sólo trabajan cuando no tienen más remedio leyeron mi noticia en el periódico, una de las más contrastadas de mi vida (cuatro fuentes distintas), y ávidos de aventura se vistieron de verde y se lanzaron al monte en busca de las ovejas muertas y de los lobos que las zamparon. Había pasado una semana y ni rastro. Remiten un informe a su delegado, un gañán que sabe de flora y fauna lo que yo de física nuclear, y éste, cabronazo amigo de los que nunca le van a morder, se apresura a gritar a los cuatro vientos que por lo que él sabe no ha habido lobos en la matanza. ¡Bravo! Ahí estaban los voceros (Diario Córdoba y Europa Press) deseando pisotear el trabajo de los compañeros y sobre todo bramar que Alfonso Alba se había equivocado y que menos lobos caperucita. Y encima, han sido incapaces de decir porqué han muerto las ovejas. ¿Habrá sido ETA? Me han buscado y me han encontrado. ¡Ya no queda sino batirse!

http://www.club-caza.com/prensa/prensaver.asp?nid=6348 (El Día, 2/3/2007)

http://diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=304847 (Diario Córdoba, 3/3/2007)

http://www.abc.es/20070304/cordoba-cordoba/medio-ambiente-tiene-constancia_200703040320.html (ABC, 4/3/2007)