Salvando las distancias (yo seria incapaz de escribir algo escasemente similar a La Aurora de Nueva York), durante estos dias en Sydney me estoy sintiendo como Federico Garcia Lorca cuando viajo a Nueva York. Esta ciudad australiana es, por asi decirlo, la Nueva York del Hemisferio Sur. Acostumbrado como estoy a ver edificios que apenas si tienen mas de siete plantas, el tremendo skyline de Sydney es algo que me sobrecoge.
Ayer subimos los 250 metros de altura de la Torre de Sydney en dos angustiosos minutos de ascensor. Rafa, acostumbrado al peligro de la jungla urbana, estaba tranquilo y en su salsa. Pero yo, reconozco que estuve a punto de pintar los calzoncillos del mismo color que el papel de las magdalenas cuando en todo lo alto de la Torre el ascensor dio cuatro crujidos asperos y juro que hasta note como se balanceaba. Mi diarrea se interrumpio cuando por fin una asiatica, como no, nos abrio la puerta y nos invito a contemplar una de las mejores vistas que jamas he contemplado. Ante nosotros, una urbe de cuatro millones de australianos se perdia en un horizonte de lucecitas. Rafa, atento a mi fascinacion, me comentaba que el diametro de la ciudad era de 100 kilometros. Inabarcable a la vista.
2 comentarios:
¿Cuando te recuerdas como Lorca en Nueva York quieres decir con el ojete del culo abierto porque eres una maricona? (DestroyandAsk.S.A).
Fuera de coña, magníficos documentos, como de costumbre. Solo me gustaría que me hicieras, con amor eso si, un especial de bichejos de por aquellos lares. Anda, anda, hazmelo (que mal suena eso) que Rafa no me lo ha querido hacer (que mal vuelve a sonar eso).
Un abrazo desde Sevilla (lo que conlleva que ahora mismo te estaría comiendo la polla por estar alreves).
JEJE. Lo de los bichejos es algo que tengo pendiente porque este domingo vamos a las Blue Mountains, donde aparte de paisajes brutales espero encontrar algo de fauna extranya de esa que hay por aqui. De todas formas ya te avanzo que tengo espeluznantes fotografias de una viuda australiana, una aranya que te pica y en 20 minutos ya te han dado matarile, ademas de los murcielagos brutalmente enormes que sobrevuelan la ciudad. Abrazos boca abajo pero sin mariconadas, crack.
P.D.: Cuando vuelva tenemos que quedar en Hornachuelos pa comer carne de venado y hablar del viaje.
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