martes, 23 de marzo de 2010

Historias de la riada (3)

Pinchado en el lodo por encima de las rodillas, sin batería en el móvil, un deshojado cuaderno en una mano y un boli BIC en la otra.
Durante cinco minutos intentó andar. No lo consiguió.
Medio minuto después intentó llamar a alguien. No había nadie.
Durante cinco minutos intentó gritar. Nadie le oyó.
Poco después pasó una máquina. Manoteó al conductor que con un gesto brusco le dijo que se apartara. Se cayó a una cuneta.
Le costó ponerse de pie. La ropa le pesaba por culpa del barro.
Entonces decidió echarse a llorar porque nadie le veía.
Pero alguien le vio, le dio la mano y lo sacó de allí.
De camino en el coche, no abrió la boca.
Al día siguiente me lo contó todo, humillado y con la cabeza baja.

2 comentarios:

Caesares8 dijo...

ya está la riada seca, ¿también los agropensamientos?

Alfonso Alba dijo...

Amigo, ya he vuelto a agropensar.
Me hacía falta tiempo e inspiración.
Perdón por el silencio.
Abrasos (con ese, una vez más, que aquí, en la Galicia del Sur, ya empieza a hacer calor).