jueves, 11 de febrero de 2010

La trinchera, el frente y la antigua URSS

Vasily Grossman es un crack. No sólo se zumbó en primera línea la II Guerra Mundial enterita, sino que lo hizo desde el lado soviético (20 millones de muertos tuvieron los ruskis, es decir, un alemán, antes de morir, se llevó por delante a seis 'rojos') y además se escribió mucho tiempo después un libro enorme que jamás pudo ver publicado.

Vida y destino estuvo secuestrado más de 20 años por el KGB. Lógico. ¿Lógico? Ponía al mismo nivel las barbaridades del Ejército Rojo que las gañanerías de los nazis. Pero es mucho más. Es un universo, desde el punto de vista soviético, es un pequeño mundo, una colmena soviética con un centenar de protagonistas ¡¡¡Un centenar!!!

Siempre he escuchado que desde Homero, ya está todo escrito. Y es así. Aquí no hay más que en la Odisea y la Ilíada. Quizá el añadido marxista de que la historia se repite. E insisto, y es así.

Salto de trinchera en trinchera, visito el frente, en primera línea, y vuelvo a la retaguardia. Quizá me pasa como a Víktorov, quizá estoy en la reserva esperando que algún día el Camarada Comisario me otorgue un nuevo destino. Quizá al final la vida no sea más que ese Volga zigzaguenante y caudaloso que estuvo manchado de sangre y chatarra, y que ahora fluye como si nada hubiera pasado.

4 comentarios:

Alfonso Alba dijo...

Me lo dijo Sir Edgar, defendiendo su leyenda como flipado del mundo Tolkien: "Pronunciar la palabra Stalingrado tiene para ti tanta fuerza como para mí Isengard" (¿se escribe así?)

Julia Delgado dijo...

Eso no es del todo verdad. Yo no defendí mi leyenda, de hecho argumenté que era el resultado de una mente superior como la de Paco que os manipuló a todos. De hecho sólo te llamé flipao a ti.

Acepto replicas (y también intervenciones de otras personas que estuvieron en esa reunión)

Caesares8 dijo...

contad, contad, que no somos curiosos

Caesares8 dijo...

me apunto el libro, es más, creo que me lo voy a comprar hoy mismo de paso que me compro 2666 de Roberto Bolaño. Luego, tras salir a tomar un par de cañas, regresaré a casa y los apilaré con los otros que tengo pendientes.
Yo os recomiendo La Zona de Sergei Dovlatov.