lunes, 20 de octubre de 2008

La liga de los hombres extraordinarios

Lo normal es que tuviera siete huesos rotos, contusiones, sangre, un puñado de dientes menos y necesitara tres meses de hospital para recuperarse. Hubiera sido lo normal. De hecho, si el protagonista hubiera sido yo, sería lógico pensar que en este momento estaría parapléjico en una cama como Ramón Sampedro, cogiendo un palo con la boca para escribir estas líneas. Es lo normal cuando un becerro de 600 kilos de peso te traiciona, te ataca por la espalda, te eleva a los aires donde haces un doble looping y te lanza al suelo para, con una fuerza similar a la que ejerce un coche cuando te atropella, intentar machacarte contra un muro de barras de hierro.
Pero yo es que juego en una liga diferente a la de mi padre. Capaz de salir andando del trance, cambiarse los jirones de la ropa, subirse al coche y plantarse en el centro de salud para que tras tres largas horas de espera en las urgencias de un hospital le digan que a lo mejor lo más que tiene es una rotura fibrilar en una pantorrilla y que procure andar poco durante una semana.
Todavía soy incapaz de ganarle a un pulso. Pero qué se puede esperar de un hombre que ha saltado desde más de cinco metros para caer de pie como los gatos, que se ha pinchado por accidente una jeringuilla con la acababa de vacunar a 30 novillos y que se ha roto por siete sitios un brazo con un tractor, se ha acabado de arar tres fanegas de tierra, se ha duchado y a las seis horas se ha ido tan tranquilo a ver al médico. ¿Que le gane?

8 comentarios:

Caesares8 dijo...

no sabia que tu padre era gallego

Alfonso Alba dijo...

Jajaja. Yo tampoco. Ya te digo, mi pueblo fue fundado por un gallego (Fernán Núñez de Temes) y repoblado por gente de Lugo hace como que siete siglos. Algo ha quedado por aquí

emereci dijo...

eso explica muchas cosas...

Caesares8 dijo...

Respondeis con preguntas?
(Como yo mismo estoy haciendo)

Alfonso Alba dijo...

No sólo respondemos con preguntas, sino que me he llegado a encontrar con paisanos a 4.000 kilómetros del pueblo. Poco a poco, como los gallegos, estamos colonizando el mundo. Dime un lugar y te diré que allí vive, vivirá, ha pasado o pasará alguien de Fernán Núñez Califato Independiente

Anónimo dijo...

¡Dios mío! ¿yo también soy gallego?
Puede que si
o que no, porque estoy en mitad de una escalera y la gente no sabe si subo o bajo, o si?
Eso explica porque mis amigos uruguayos me dicen: ¡que hacés gallegooo!

Capitán Cook(ing) dijo...

Siempre habrá uno de FN y con él un video del pueblo que enseñar a los invitados, jejejeje. Espero que tu padre mejore rápido (estoy seguro de que lo hará, es un toro el tío). Luis: Puta! Emereci: un abrazo!

Caesares8 dijo...

Puta?