Como cada tarde, al filo de las 17.00, el teléfono empezaba a sonar. "¡¡¡Pacooooooo, teléfono!!!". "¡¡¡No puedo Alfonso, cógelo, que estoy pintando. Será el cura. Dile que qué quiere!!!".
"¿Diga?". "Buenas tardes joven amable..." y entonces comenzaba una charla de más de media hora en la que me intentaba convencer de que la Semana Cultural de Villafranca era más importante que la media columna de espacio "como mucho" que yo le pensaba dar, una perorata en la que yo me metía con la iglesia y él me respondía en latín y me justificaba sus viajes a Cuba porque "los curas también necesitamos nuestras alegrías". "Bueno joven amable, ¿te encargarás de decírselo a Paco? Mira por mí anda".
De esta rutina diaria que duró por lo menos cuatro años hace ya dos años y medio que no se repite. Y no se repetirá. El lunes, Tomás Pérez Escudero recibió una docena de golpes en la cabeza con un radiador de aceite. Parece que el asesino fue un rumano que tenía acogido en su casa pero... ¿por qué lo mató?
4 comentarios:
Ese cura quiere algo contigo. Es un pedrófilo.
Excelente comienzo para una novela negra negrísima.
Pienso de que.
Quizá el rumano lo mató porque quería convertirse en un alumno aventajado de Barajas, el futbolista atracador. Vaya historias. Tienes material para convertirte en el Bolaño de la provincia. Un abrazo.
La jueza titular del Juzgado de Instrucción número dos de Montoro, Lidia Bermúdez, levantó ayer el secreto de sumario decretado después de la declaración del presunto autor del crimen de Tomás Pérez. Según fuentes judiciales, Vasile Tudose, de 22 años, declaró el pasado viernes ante la jueza que fue una disputa sexual la que ocasionó una pelea entre él y el cura. El joven rumano relató que la noche del domingo 15 de julio se dirigió a la vivienda de Tomás Pérez, donde después de cenar un bocadillo de chorizo, salió del domicilio para tirar la basura. En la puerta rechazó la oferta de dos amigos a dar una vuelta y regresó a casa del párroco para ver la televisión. Poco después, y siempre según el relato del acusado, él y la víctima mantuvieron una supuesta relación sexual. Vasile contó a la jueza que por ese tipo de actos recibía del cura una suma de entre 50 y 70 euros, pero no supo precisar la frecuencia con que lo hacía.
La disputa, según su versión, se originó cuando Tomás Pérez le propuso una determinada práctica sexual que Vasile rechazó. Eso motivó que ambos mantuvieran una pelea que llegó a las manos cuando el párroco lo cogió del cuello, siempre según la versión del acusado. Para zafarse le arrojó un cenicero y fue entonces cuando el cura tomó un radiador de aceite, según la versión de Vasile T. El acusado logró arrebatarle el calefactor y terminó arrojándoselo al párroco a la cabeza. Entonces, el rumano, que abandonó al cura en su habitación y en mitad de un charco de sangre, huyó con un vehículo Toyota Corolla, propiedad de la víctima. Según declaró, cuando salió del domicilio de la calle Alcolea no era consciente de haber dado muerte al cura. En su huida hacia Madrid, Vasile declaró haberse enterado de la muerte de Tomás Pérez por las noticias que escuchó en la radio. Unas horas después de que fuese encontrado el cadáver, la Guardia Civil detuvo a Vasile en una estación de autobuses de la capital. Según fuentes policiales, portaba documentación del cura.
En la confesión, el joven relató que lleva en España tres años y que reside con su familia en Bujalance. También explicó que con el cura entabló una relación sexual y pecuniaria, que se concretaba en pequeños trabajos a cambio de los que recibía dinero. La jueza decretó el viernes el ingreso en prisión de Vasile Tudose, como presunto autor de la muerte de Tomás Pérez, mientras se conoce el resultado de las pruebas periciales, así como de la autopsia practicada a la víctima, de 75 años. También se espera el análisis forense que se le ha practicado al acusado. Dicho análisis deberá corroborar o desmentir su declaración.
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