
Ya no sé quiénes son mis compañeros o mis enemigos. Ya no sé cuál es mi trinchera. Ya no sé si la guerra tiene sentido. Ya no sé si merece la pena. Estoy rodeado. Me quedan pocas balas y un viejo fusil. No tengo ganas de seguir disparando ni me apetece luchar más. Dejé de ser un miliciano soñador que peleaba por sus ideas. Me deberían haber matado al principio de la guerra.
8 comentarios:
¿No perdía sólo el que dejaba de luchar?
¡¡Al suelo, que los que disparan son los nuestros!!
"Quien no juega no pierde". Alguien lo dijo el otro día, y me pareció algo cínico. Pero no deja de tener su parte de verdad.
Hay una vía intermedia, que yo he tratado de seguir; a veces con resultados insignificantes (para los demás) pero reconfortantes (para mí).
No sé. Quién sabe.
Se me olvidó. La vía intermedia consiste en jugar sólo a lo que uno quiera jugar.
Eso implica ciertas condiciones, como por ejemplo que el juego sea tremendamente modesto, pero también algunas ventajas, como por ejemplo que el juego que se ha elegido se parezca más a uno mismo.
Ánimo. Y recuerda lo que decía Ángel González: "sin esperanza, con convencimiento". Al menos eso.
Al menos eso, K. En 'El libro de los abrazos' de Eduardo Galeano leí una vez: "Dicen las paredes: En un muro en Montevideo, en plena dictadura militar. 'La esperanza es lo último que se perdió'".
Amigo K., me paso al enemigo, porque en verdad ya no sé ni si tengo al enemigo en casa. Volveré, algún día, algún año. Merece la pena luchar, lo sé, pero no a cualquier precio. Te tengo que llamar.
Recuerdas lo que hablamos por teléfono hace más de un año (antes de que volviese a Australia)? intuyo que ahora tenemos experiencias de trabajo comparables. Lo siento por ti, quedaban muy pocos idealistas en el mundo.
Por cierto, el libro de los abrazos me lo regalaron Laura y Mr. Villegas. Sólo he leído alguna parte suelta (tengo demasiados libros pendientes ya).
El libro de los abrazos es perfecto para leerlo poquito a poco. Pongamos por ejemplo cuando uno va al wáter y tiene esos cinco minutos de reflexión (no puedo evitar mi escatología) o un ratito antes de dormirse, o en un tiempo muerto de un día tonto, o cuando estás agobiado por tanto que leer que no sabes por dónde empezar.
Luis, como le dije a K., tenemos que hablar.
Un abrazo de Galeano.
Mejor luchar, y morir, que vivir sabiendo que huimos.
Publicar un comentario