miércoles, 16 de julio de 2008

Cosas que aprendí de Croacia


Drazen Petrovic es un mito. Tiene una calle en pleno centro, un pedazo de museo y un cacho de estatua justo enfrente del pabellón de la Cibona de Zagreb.
Como los españoles, son unos flipados del fútbol: en una playa de Split vi a un joven croata chutar a la escuadra un balón en una minúscula portería de waterpolo.
Los croatas no son tan altos como me esperaba (sobre todo cuando vas con dos españoles que superan el metro noventa), ni fuman tanto ni tienen bigote.
A diferencia de los españoles, la mayoría de los croatas habla inglés bastante bien y cuando no, alemán o italiano.
Todo está igual de caro que en España (incluyendo la gasolina), pero los sueldos son como que la mitad.

Las heridas de la guerra son psicológicas. Ni rastro de tejados reventados, caminos minados, puentes volados por los aires... Croacia parece más la Alemania Occidental del Plan Marshall que un país que hasta hace diez años no recuperó gran parte de su territorio (ocupado por Serbia hasta 1998). Ahora tienen autopistas que parecen el circuito de Montmeló...
Eso sí, el nacionalismo (lógico) es bestial. Tanto que han convertido homenajes a los partisanos yugoslavos (foto) en símbolos nacionales.
De la antigua Yugoslavia, sólo quedan bloques de pisos a la soviética en Zagreb y Rijeka, y una inflación galopante.
Las puestas de sol sobre sus interminables parques naturales son prisiosos para un ser como yo, acostumbrado al secarral veraniego de la campiña cordobesa.


7 comentarios:

Caesares8 dijo...

Me quieres decir que dejaste Espanha unos dias sin los dos altos que tenemos!
Egoista.
Ya me ensenharas a sacar fotos...

Capitán Cook(ing) dijo...

Joder, estás hecho un crack del clic. Quién era el otro alto, aparte de K.? Bueno, y ahora a buscar a don Corleone, no? Qué cabrón. Abrasos.

emereci dijo...

La última foto es increíble...

Alfonso Alba dijo...

Me vais a poner colorao, y sobre todo la niña Emereci, que hace unas fotos de Magnum, vamos (y no del helado, sino de la agencia de Cappa).
Ralf, el otro alto era el Operario Estepario, el Carlos, que en este viaje (a falta de Villegas) ha sido mi novio.
Casares, anda que no tienes tú cosas que enseñarme a mí...

Caesares8 dijo...

como decian en aquella pelicula:
no nos comamos las pollas

emereci dijo...

Como soy una niña muy (ni bien ni mal) educada, no contestaré a este último comentario.
Abrazos galaicos a los tres

Caesares8 dijo...

igual me ha quedado un poco bestia> demasiado tiempo en Australia
:)