lunes, 17 de diciembre de 2007

Los golpes de la vida

Cuarto día consecutivo con resaca. Tres días previos zambullido en alcohol. Segunda jornada seguida con dolor de muñeca. Primera de reflexión.
El interruptor del servicio del Sidharta (¿?) no tuvo la culpa. El sábado de madrugada, volaba por los aires, dejando a oscuras a un pobre WC que no sabía bien a qué venía eso. Yo tampoco. Pese a las resacas, el resumen de mi vida desde el pasado jueves es una palabra: amistad (con todos sus sinónimos). Pero una ráfaga de cólera salió de las profundidades de mi cerebro, vio un interruptor, recordó la historia de un amigo, decidió imitarle y ordenó a mi brazo una décima de segundo de violencia desfogadora. Me sigue doliendo el brazo, pero no es ni una millonésima porción del dolor que provocan los golpes que te da la vida.

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